Si te apetece conocer el lado más clásico de la capital, lo mejor es dar un paseo por el centro de la ciudad para conocer las iglesias que dan testimonio de la historia de la ciudad, desde el Ámsterdam medieval hasta tiempos más recientes.
Curiosamente, en pleno Barrio Rojo encontrarás una de las iglesias más famosas de la ciudad: la Oude Kerk (iglesia vieja). Pese que se encuentra en esta peculiar zona, es el edificio más antiguo de la Ámsterdam que aún está en pie (se construyó en 1302) y su espectacular interior, con techos de madera y preciosas vidrieras, merece una visita.
No muy lejos de la Oude Kerk podrás visitar la Basílica de San Nicolás, que tiene una impresionante arquitectura neorrenacentista y neobarroca. Si te fijas bien y elevas la vista mientras paseas por cualquier calle o canal del centro de Ámsterdam, podrás ver a lo lejos las grandes torres de este templo, protagonista de muchas de las postales de la ciudad.
Un poco alejada del centro, pero muy cerca de un rincón tan famoso de la ciudad como es la Casa de Ana Frank, se encuentra la Westerkerk. Esta iglesia no es especialmente bonita, pero tiene una enorme torre de 85 metros de altura a la que se puede subir para disfrutar de una panorámica impresionante de todo Ámsterdam.
Seguro que en cualquier paseo que des por Ámsterdam pasas por la Plaza Dam, el centro neurálgico de la ciudad. En esa plaza está la Nieuwe Kerk (iglesia nueva), que data del siglo XV. Aunque Oude Kerk es más espectacular, merece la pena que conozcas esta iglesia que ha jugado un papel muy importante en la historia del país, ya que aquí se celebran las coronaciones de los monarcas holandeses.
Estas son las iglesias más importantes de Ámsterdam, aunque a lo largo de la ciudad podrás encontrar otros templos interesantes como la Iglesia de Moisés y Aarón o la Iglesia de San Pedro y San Pablo.