Uno de los restaurantes que más me gustaron de la ciudad de Burgos fue la Cervecería Morito, ya que ofrece platos muy novedosos en estilo "nouvelle cousine" y lo mejor de todo es que tiene unos precios baratísimos, que incluso no son acordes a la fantástica calidad que ofrecen sus platos.
Lo único malo que tiene el restaurante es que NO hace reserva hay que hacer cola hasta que encuentras una mesa libre en el interior del local, y como es obvio siempre esta hasta arriba de gente.
La última vez que estuvimos pedimos 5 raciones y a cual más deliciosa solo hay que ver las fotos para que te abra el apetito:
- morcilla de Burgos
- tosta de salmón ahumado con gulas adornado con calabacín a la plancha, escarola, fresas, etc.
- cuatro tostas de tomate con jamón serrano, es decir pan tumaca...
- calamares frescos a la plancha con 2 salsas: Ali-oli y la tinta del calamar
- ensalada templada con gulas
- huevos fritos con chorizo y patatas fritas...
El Hotel / Restaurante Landa es una parada obligatoria en cualquier viaje de paso por Burgos.
A parte de la calidad de la comida tiene un encanto especial. Con apariencia de Castillo, parece mentira que en la entrada de la ciudad entre polígonos industriales, han conseguido teletransportarte.
Desde la decoración que es total, hasta la vestimenta de los camareros y por supuesto la calidad de sus platos son dignos de conocer. Otra parte muy especial, son los cuartos de baño...
El precio no es bajo, pero va totalmente acorde con la calidad y por supuesto, MERECE LA PENA!!!
Como siempre en todos los viajes al norte de España un placer y parada obligada en el Landa. Una morcilla frita que quita en sentido...
Inconfundible cordero el del Ojeda. Acreditado negocio que en el mismo edificio posee bar-cafetería y tienda de delicatessen. Amplio comedor de corte castellano, con un buen servicio de mesa y horno de leña (sale en las fotos). Desde 1912, fecha de la fundación de Casa Ojeda, y hasta nuestros días, la gente ha gozado entre estas cuatro paredes del transcendente placer de la mesa.
¡Os lo recomiendo!
Si vais a Lerma, no dejéis de comer en este restaurante típicamente castellano. Para los que no sean de Burgos o no estén acostumbrados a comer cordero, ahí va el primer tip: A un asador se va a comer lechazo con ensalada. Aviso porque algunos se llevan una decepción enorme cuando piden patatas fritas y les avisan de que eso no se prepara. Las patatas fritas no las suelen servir en los asadores, a no ser que sean super turísticos o que estén preparados para los niños. Vamos, personalmente yo no he visto patatas fritas en la vida. La idea de comer lechuga es para "desengrasar" y porque refresca.
Con el vino sucede algo parecido. En Burgos se suele tomar clarete, que es un vino rosado de la región. En algunos sitios quizás te sirvan tinto, pero lo más típico es acompañar el lechazo con el clarete de la casa. El hecho de que sea rosado no quiere decir que sea un vino peor, como mucha gente de fuera suele pensar.
En cuanto al postre, lo más típico es pedir manzana asada, también ligero y muy digestivo, y además la manzana asada en estos hornos es mmmm! En Casa Antón además hacen un arroz con leche muy bueno, os lo recomiendo.
Ah! Tampoco os perdáis las fotos de las paredes. El interior está decorado con fotografías del dueño y de personajes famosos comensales que han parado a comer por el asador.
Ahora, preparaos para degustar un buen lechazo burgalés, un manjar que no os podéis perder, y en el horno de leña de Casa Antón es uno de los sitios donde llevan años preparándolo de manera exquisita.
Juarreño es una de las pastelerías más populares en la ciudad de Burgos, especialmente debido a su especialidad: Los chocolates, ya sea en formato de pralinés, mousses o bombones. Destacan sus bombones-mousse con frutos secos y nuevos sabores.
Es pastelería de alta calidad y además de gran creatividad, como podéis ver en las fotos que acompaño. Me costaría aconsejaros uno solo de sus productos porque son todos exquisitos, pero ya que se acercan las navidades, no debéis dejar de llevaros uno de sus turrones artesanos (de almendra, avellana, baileys, cereza y chocolate blanco, etc.). Eso sí, id preparando el bolsillo porque es alta calidad pero también alto precio (para que os hagáis una idea, una tableta de chocolate artesano sale entre 12 y 15 euros, dependiendo del peso).
Además de pastelería Juarreño tiene cafetería con cafés, tés y chocolates especiales, así como algunos dulces gourmet. Si vas a Burgos no debes dejar de visitar alguno de los tres locales que tiene Juarreño en la capital.
El tercer rincón de cena burgalesa, es además el más sabroso, el más agradable, en definitiva, el que más nos gustó.
Este local, ubicado en el casco antiguo de Burgos (junto a la Plaza Mayor), nos llamó la atención por el ambientazo que tenía en su interior, y al entrar descubrimos porqué. Una infinidad de tapas y raciones (que por cierto, eran de importante tamaño), revueltos, tablas, tempuras, sándwiches,….Y para rematar la faena un postre casero.
Destacaría sobre todo la calidad del producto (típico de zona y de temporada), preparado de manera sencilla, pero con mucho arte en las mezclas; raciones muy grandes a precios buenos.
Además del bar, el mesón tiene restaurante (por si quieres algo más formal); el menú de diario son 10,20 y 21,6 el fin de semana.
Lunes a sábado: De 9,30 a 23,30 horas.
Domingos y festivos: De 11 a 23,30 horas
Este restaurante destaca en primer lugar por su ubicación, en la calle que lleva en su nombre, quizá la más céntrica y comercial de la ciudad, debe su nombre a una dehesilla que acababa en la puerta de la muralla, su gastronomía también es recomendable, tanto para un vermú o picoteo de pinchos (tostas de foie increíbles, bombón de morcilla) o raciones (pimientos rellenos de manitas de lechazo, croquetas en el nº 7 del ranking de las mejores de España según www.directoalpaladar.com, revuelto de boletus o con su gran bacalao "fuera de carta"), o para una señora comida con su menú castellano (sopa de ajo, ensalada de anchoas y cordero asado en horno de leña de encina que se deshace en la boca), o menú tierra de sabor (sardina ahumada, bombón de morcilla, mousse de foie, boletus a la plancha y lechazo asado).
Ambos maridados con sus vinos propios; para postre mi recomendación es el brownie o la fabulosa tarta de hojaldre con crema y nata.
Por último, es de justicia mencionar su fidedigna decoración cuya enorme viga reproduce la apariencia de un lagar al que se hace referencia por su nombre, escaleras abajo posee una bodega centenaria de las muchas que socavan el subsuelo de Aranda y donde los niños pueden jugar en su laberíntico trazado.
Un establecimiento imprescindible en cualquier visita a Aranda de Duero.
Hemos venido a Burgos el fin de semana del 01/01/2016 al 03/01/2016 y dos veces comimos aquí. Las dos fabuloso; la comida y el trato. Tres personas de pinchos, cenando cantidad y con las bebidas 30€. Comiendo también tres personas en el restaurante, con postre y café 70€. En la comida nuestro camarero fue Luis, un señor canoso, alto y delgado, encantador, atento y muy cercano. Hay no queda todo. Recomiendo la morcilla, el pulpo, la sopa castellana, las croquetas, el salmón marinado, la tarta de queso, el flan. Los cafés nos hicieron formas con la leche, una chulada.
El lugar se llena mucho, reserva para comer en el Restaurante. Los pinchos se comen en barra, pero se pone hasta arriba, eso si, son súper rápidos atendiendo.
Gracias, volveremos.
La segunda parada burgalesa la vamos a hacer en el Rimbombin, que lo encontramos en la misma zona del Mesón de Burgos (muy cerca de la plaza Mayor). Este es conocido por las tostas de ibérico en pan “tomaca” (que están estupendas), el vino (También un par de copitas de Ribera) un poco más ácido que en el mesón Burgos; pero el precio también algo más bajo: Dos Alpargatas (muy ricas) de ibérico, dos pinchos más y los dos vinos 8€.
Con unos precios no excesivamente caros, el Resturante Tres Coronas es una buena alternativa para tomar un café o una cerveza con vistas a la plaza del Pueblo y a la Iglesia de San Pedro. Un servicio eficiente y sobrio y una terraza muy agradable son otros puntos a su favor. El restaurante está intengrado en un hotel de precio medio-alto que parece el lugar perfecto para alojarse en una escapada romántica.
Eso sí, no es el sitio más recomendable para degustar comida típica castellana por ser algo caro y ser un local más orientado al hospedaje.
Este es, para mi gusto, el restaurante más agradable de todo Silos. No tanto en calidad en sus platos (en general es buena) sino por la amabilidad y rapidez del servicio (algo que parece brillar por su ausencia en Silos).
Por aproximadamente 15 euros podremos tomar unas deliciosas morcillas de la tierra, picadillo, lomo, una enorme ensalada mixta y una botella de vino de Ribera de Duero, además de pan de leña. ¿Qué más puede pedirse? A quien quiera probar la especialidad de la zona, el cabritillo asado, aquí sale por 15 euros (mínimo dos personas).
En definitiva un restaurante con una excelente relación calidad-precio, agradable decoración, el mejor servicio del pueblo y a tan sólo 50 metros de la entrada a la Abadía.
Un sitio muy, muy recomendable.
El Restaurante Casa Galín se ubica en pleno centro del municipio burgalés de Covarrubias, concretamente en la Plaza Doña Urraca número 4.
Se localiza en el mismo edificio de la Pensión Galín con el mismo nombre, pero posee acceso independiente para que todo el que visite la villa castellana pueda degustar sus estupendos platos.
Su gastronomía tiene mucha fama por ser tradicional y su cocina castella y casera. Dispone de 2 comedores y sus especialidades son: Cordero lechal asado, pollo de corral en pepitoria o la olla podrida.
Este restaurante aparece en numerosas guías gastronómicas como: Guía Campsa, Guía Gourmetour, Guía Trotamundos, o la Guía de la buena vida de El País.
El restaurante Café Dolar se encuentra ubicado en una de las mejores zonas de Burgos, concretamente en la zona financiera de la Calle Vitoria.
Se trata de un restaurante que aún fabrica sus pizzas en un horno tradicional de piedra, dándolas un sabor de los que pocos hoy hay.
Se encuentra totalmente decorado al estilo hollywoodiense, con fotos de actores y carteles de cine, y lo más curioso de todo el techo entero del local esta cubierto con vías del tren y varios trenes están recorriendo las vías todo el rato, haciendo diferentes trayectos.
Hace unos meses que estuve en Aranda de Duero con mi novio. Estuvimos comiendo en este restaurante que nos recomendaron. Salí muy contenta! Nos atendieron muy bien, todo atenciones. La comida muy rica, el lechazo asado exquisito! De lo mejor que hay por la zona, sin duda. Volveré!
Este histórico asador arandino acaba de incorporar una pequeña enoteca en la que el cliente puede comprar vinos de la Ribera del Duero a elegir entre la selección que han incorporado tras la reforma de la parte de bar del restaurante. En esta parte del establecimiento puedes disfrutar cada día de pinchos acompañados de un buen Ribera del Duero.
En lo que al asador se refiere el lechazo es uno de sus platos estrella, así como otras pequeñas delicias con las que puedes acompañar tu comida, como pimientos asados, morcilla...en cuanto a los postres, la tarta de hojaldre es algo que no puedes dejar de probar.
El primer sitio que probamos era una de los que nos había recomendado la pareja: El Mesón Burgos (famoso por sus bravas).
Un par de Riberas, un par de platillos de bravas (son tapas bastante grandes) y un par de champiñones gigantes rellenos de jamón (hummmmmm. Las bravas hay que catarlas); bueno, pues todo esto por 9€.
Buscaba un sitio "diferente" en Burgos, algo que fuera más allá de la típica tapa y de los platos típicos. Di con este sitio que me gustó mucho: muy buen producto, texturas, sabores.
Platos sorprendentes utilizando productos de temporada y típicos de la zona, como la morcilla y el cordero. Realmente sorprendente y recomendable.
Como suelo decir en estos casos: "volveré".
Si estás en Aranda, tu primera parada para comer tiene que ser algún sitio donde tomar un sabroso "lechazo" (cordero asado al fuego) en uno de los restaurantes de la calle Isilla ubicada en pleno centro histórico de Aranda.
Pero si lo que quieres es tomar un aperitivo y beber algo, puedes comer en el Somatén, situado en la Plaza Mayor. Es un lugar muy informal donde ofrecen diferentes pinchos, si no estás familiarizado con los pinchos españoles la premisa es simple: pide lo que quieras de beber y coge de la barra el pincho que tenga mejor pinta (eso sí, asegúrate de quedarte con los palillos para la cuenta).
Estás en Aranda, así que asegúrate de pedir vino para acompañar. Te sugiero el rosado, que es simplemente genial. Tenían pinchos al estilo tradicional, incluyendo tortillas españolas, chistorra, panceta frita, queso de cabra y mermelada de frutas, pescado curado, y un montón de carne curada.
Es muy barato: a sólo € 1 por copa o vino, y sólo un poco más por los pinchos.
