No pude dejar de abrir una de sus ventanas para ver la panorámica del pueblo, es una de las mejores la que se puede contemplar desde este añejo bar donde fuimos a desayunar desde el cercano hotel Albarracín.
Servicio amable, una deliciosa tortilla de patatas recién hecha, y tostadas con café para emprender el día de subidas y bajadas por el pueblo.
El pasado domingo 11 de marzo comimos mi novio y yo en este restaurante, habíamos visto a través de internet opiniones sobre este mismo restaurante y no todas eran positivas, pero nuestro presupuesto era bastante ajustado y tras ver los menús de otros locales de la zona, elegimos este.
Fuimos pronto, las 13.30,con lo cual no había apenas gente y nos atendieron muy rápidamente. Pedimos (todo al centro para compartir): un plato de surtido de embutido autóctono (cecina,chorizo y longaniza), una cazuela de migas, hamburguesa de ciervo( dos trozos de carne con una salsa muy muy rica con patatas y verdura a la plancha), y un revuelto de morcilla con piquillo y huevos (espectacular). De beber: 2 cañas y una botella de vino de la casa. Total: 36,45E
Nos fuimos llenos, nos gustó mucho la comida, los platos contundentes y aunque no tuvieran mucha parafernalia, estaban bien presentados.
La comida que es por lo que vas a cenar a algún sitio fue una pena el servicio mas o menos igual, comimos tres racciones sepia bravas y queso de lo peor a lo "mejor" del siti.
Las bravas las patatas fritas crudas y un amasijo de mahonesa con salsa brava mercadona que reaccionaba con las patatas haciendo una amalgama insufrible.
El queso "4 variedades" sabian todos igual un plato con las lonchas de queso seco seco pero seco y ya por ultimo la sepia descongelada con restos de agua y a medio hacer todo un lujo para el paladar eso si aderezada con mucho aceite y perejil de bote con nada de guarnición la sepia y punto. El servicio acorde a la comida con ganas de que no les molesten ,intentando retirar platos sin terminar etc...
