Está a unos 2,5 km de la ciudad y el recorrido hasta allí está acondicionado con bancos y fuentes de agua para poder hacer alguna parada y admirar el paisaje y sacar algunas fotografías. Tiene algo de pendiente así que hay que echarle valor y estar un poquito en forma para llegar hasta la cima donde se encuentra la ermita pero, vale la pena!!! Una vez arriba las vistas son espectaculares y en un día despejado ves todo Barcelona, Montjuic, el mar y más allá. Se respira en lo alto un aire puro y lleno de oxígeno. Rodeado de pinos y árboles y vegetación la sensación es de estar en plena naturaleza.