David Maldonado
Callejeando por Nulles
Callejear por Nulles es agradable, muy agradable. Uno, cuando mira en el mapa y ve que el pueblo son apenas “cuatro calles”, piensa que hay poco que ver.
Pues más lejos de la realidad, ya que esas “cuatro calles” están repletas de detalles, con edificios antiguos, puertas con varios siglos y una calma que incita a pasear tranquilamente, cruzándote con los locales, que rápidamente te saludarán y preguntarán de donde eres.
Lo que si tengo claro, es que cada vez me gusta más pasear por estos pequeños pueblos.
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