alpo56
A volar donde nos lleve el viento
A las 7 de la madrugada y sin desayunar quedamos delante de un restaurante de carretera. Dejamos los coches aparcados y nos dirigimos a un descampado, rodeados de gente que no conocíamos. Hacia frío, había humedad.
No íbamos preparados para ese tiempo, era verano. Cuando llegamos al descampado, estaban preparando los globos con los que volaríamos al cabo de unos minutos. La preparación de estos, la forma de hincharlos y de levantarlos es muy curiosa.
Finalmente nos metemos dentro de unas pequeñas cestas, y a volar donde nos lleve el viento.
Pudimos ver la ermita de Santa Margarita
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