Ésta es una opción muy recomendable para alojarse en familia o en grupo. Aunque reacondicionada, la antigua alquería guarda detalles de otra época y se halla en un enclave muy bello de la Alpujarra granadina, rodeada de treinta hectáreas de almendros, viñas, higueras, olivos y frutales. Sus habitaciones, sencillas pero muy alegres y cómodas, tienen en su mayoría vistas a la sierra y al gran jardín, donde hay juegos para niños y una piscina. Además, el hotel dispone de apartamentos independientes con patio privado. En el restaurante de la Alquería se sirven muy buenas comidas caseras. No te pierdas las migas, las gachas y la variedad de pucheros.