Contraste de colores de sus rascacielos.
El nombre de la isla de Hong Kong significa literalmente "puerto fragante".
En alguna de las fotos queda patente la magia de las luces de la bahía de Hong Kong.
El nombre de la isla de Hong Kong significa literalmente "puerto fragante".
En alguna de las fotos queda patente la magia de las luces de la bahía de Hong Kong.
Al tratarse de una isla con la orografía complicada y muy limitada por el espacio, la expansión total de este lugar ha sido en vertical. Por eso, se han erigido una serie de espectaculares rascacielos que generan un maravilloso skyline que puede ser apreciado desde la otra parte del lugar.
Y que hace que el turista termine con dolor de cuello de tanto mirar para arriba. Enormes torres que aglutinan comercios, tiendas de todo tipo, restaurantes, oficinas... El emblema de la ciudad.
Los rascacielos son tan grandes que parece que estuvieran pegados los unos a los otros, aunque lo cierto es que están separados por calles bastante anchas. Uno se siente pequeño y atrapado al no encontrar una salida para la vista. Desde fuera de la isla, la vista es impresionante. Se tiene perspectiva y se ve todo en su conjunto, recortándose como si fuera una cadena montañosa pero de hierro, hormigón y cristal. De noche el espectáculo luminoso es mejor aún.