ciudad minera
La ciudad es muy multicultural y los sabores de la comida son brutales, la gente muy amable y todo bien en general. Hace 40 años cerraron las minas y la ciudad sufrió una reconversión inmensa pero la gente lo lleva como puede.
La ciudad es muy multicultural y los sabores de la comida son brutales, la gente muy amable y todo bien en general. Hace 40 años cerraron las minas y la ciudad sufrió una reconversión inmensa pero la gente lo lleva como puede.
El pueblo de Saint-Étienne es de estos pueblos perfectos y maravillosos de Francia, los que te hacen pensar que es imposible que algo se mantenga así... Lo conocí por casualidad y me quedé prendada de este pueblo lleno de viñedos, de maravillosas y fastuosas casas y más de su vida nocturna, llena de terrazas y con multitud de gente disfrutando de una maravillosa cena y mejor vino. Recuerdo mi compra de unos vinos para mi abuelito, recuerdo sus monumentos y sus pequeñas tiendas en esas casas empedradas... Volveré con mis amigos.