Un paseo por el puerto de Essauira es una experiencia importante. Un gran aparcamiento de barcas pintadas de azul todas ellas, porque, al parecer, la sardina es atraida de forma especial por este color y así facilita la labor de los pescadores. En el muelle proliferan los puestos de venta del pescado capturado durante la noche anterior y lo puedes comprar para que luego te lo preparen en los puestos que, al efecto, existente bajo la muralla. Allí mismo está el rudimentario astillero donde se construyen los barcos que un día un tanto lejano se verán inmeros en faenas pesqueras. Las gaviotas llenan el aire de imagen y sonido en busca de su sustento en los desechos de la pesca.