La capital Irlandesa es una ciudad encantadora, con un ambiente y cultura únicos. A continuación te mostramos las principales atracciones turísticas de Dublín para que descubras su historia y disfrutes al máximo de tu estancia en la ciudad.
Dublín es una ciudad muy especial y, al contrario que otras capitales europeas, destaca más por el ambiente de sus calles y la cultura de sus amables habitantes que por albergar grandes monumentos. De todos modos, hay muchas atracciones en Dublín que merece mucho la pena visitar para sumergirte en su rica historia repleta de guerras, batallas e incluso invasiones vikingas.
Si pasas unos días en la ciudad, acércate hasta sus dos impresionantes catedrales. La Catedral de la Santísima Trinidad es la más antigua de las dos y la Catedral de San Patricio, es la más grande y espectacular. Tampoco te puedes perder otras de las principales atracciones de Dublín como el histórico Castillo de Dublín, que ha sido el corazón del poder irlandés desde su construcción en el siglo XII, o el Puente Ha’Penny, uno de los mejores rincones para disfrutar del atardecer en la capital irlandesa.
Como decíamos, la ciudad destaca por su cultura y su ambiente intelectual y Trinity College es su máximo exponente. En esta antigua y prestigiosa universidad estudiaron figuras de la literatura de la talla de Bram Stoker y Oscar Wilde. Además, este centro aloja una de las bibliotecas más importantes del mundo, con casi tres millones de libros y la famosa The Long Room, su sala principal, que es realmente impresionante.
Otros de los atractivos turísticos de Dublín se encuentran en O’Connell Street, su calle principal. Algunos de los más importantes son Spire of Dublín, una enorme escultura de más de 100 metros de alto que preside la calle, y la Oficina Central de Correos, un impresionante edificio neoclásico que simboliza la lucha por la independencia del pueblo irlandés.
Sin duda, uno de los monumentos más importantes de la capital son los castillos de sus alrededores. Aparte del imponente castillo de Dublín (situado en pleno centro), el Castillo de Malahide y el Castillo de Howth, son dos emblemáticas construcciones medievales que merece la pena visitar para profundizar en la apasionante historia local. Además, ambos están bastante cerca de la ciudad.
Si decides dar un agradable paseo por las orillas del río Liffey, podrás admirar algunos de los puentes más emblemáticos de la ciudad como el propio puente Ha’Penny que ya habíamos mencionado y otros como el Puente O’Connell o el Puente de Samuel Beckett. Y si prefieres callejear por el centro, encontrarás estatuas de algunos de sus vecinos más ilustres. Algunas de las más famosas son la del escritor Oscar Wilde, la de Molly Malone (que protagoniza una canción popular muy conocida) o el Monumento O’Connell, levantado en honor a uno de los héroes políticos del país.