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Por qué elegir Valencia como próximo destino

Alba Gascon
Alba Gascon

Si has tenido que cancelar esa escapada de Semana Santa que tanto tiempo llevabas planeando y perteneces, a día de hoy, al colectivo de viajeros que ya no esperan demasiado del verano, es importante que sepas que mientras tú desesperas ¡Valencia sigue esperándote! Presta mucha atención a lo que te vamos a contar ¡y no permitas que el Coronavirus viaje más que tú este año!

Valencia, la luz del Mediterráneo 

 

Con playas que llenan la ciudad de encanto, la paella más popular de España, un sol que resplandece en el cielo los 365 días del año y un 23 de junio colmando de deseos el calendario; quedarte en la luna de Valencia es tender un puente hacia el paraíso, apostando por ese merecido descanso que tantos meses llevas esperando.

¿Qué nos vamos a encontrar en la I Quedada online?

 

1. Visitar el Oceanogràphic.

¿Has oído hablar de la beluga? Esta especie de cetáceo es solo una de las muchas que encontrarás en el acuario más grande de Europa. Prepárate para nadar bajo la atenta mirada de los tiburones, observar de cerca las asombrosas habilidades de los delfines y descubrirlo todo acerca del veneno de las medusas.

Visitar el Oceanogràphic es una forma divertida y diferente de sumergirte, junto a los pequeños de la casa, en una experiencia ¡cargada de aprendizaje!

 

 

2. Ir al Parque de Gulliver.

Situado en el antiguo cauce del río Turia, el Parque de Gulliver se presenta ante los ojos de cualquiera como una oportunidad única para retrotraerse por un instante a los mejores momentos de la infancia.

Toboganes eternos, rampas enrevesadas y escaleras que parecen no tener fin, dibujan un oasis de diversión que se alza con forma de gigante en medio de la ciudad, llenando con su ingenio y sus majestuosas dimensiones la sonrisa de todas las generaciones.

 

3. Entrar en la fábrica del Ratoncito Perez.

¿Te atreves a conocer el almacén del ratón más famoso del universo? En la fábrica de Pérez, los dientes de todos los niños del mundo se transportan solos en una cinta mecánica, los roedores gozan de la misma libertad que los humanos en una peculiar ciudad hecha a medida y los libros revelan secretos inimaginables.

Visitas teatralizadas, obras y talleres dan vida a un mundo imaginario que no entiende de edades.

Valencia en pareja: 3 planes para enamorarte

1. Pasear por la ciudad de las Artes y las Ciencias de noche.

Las noches de verano invitan a alargar la velada y ¡qué mejor forma de hacerlo que paseando entre las fuentes del Oceanogràphic!

Cuando la oscuridad cubre de estrellas el cielo, las luces bañan de color este complejo arquitectónico de diseño vanguardista y amplia oferta cultural, inundando el ambiente de magia. ¡Carga bien la cámara y no te vayas de Valencia sin robarle a este momento una instantánea!

 

2. Ver atardecer en la Albufera.

Pocos planes son tan románticos como disfrutar, en barca o a pie, de una de las mejores puestas de sol del Mediterráneo

Las dunas de arena fina, las barcas y los arrozales componen, junto a los flamencos y las aves migratorias, un enternecedor espectáculo en el que el sol pone punto y final al día cubriendo el agua dulce del humedal con su telón anaranjado.

3. Comer en la Venecia Valenciana.

Todo viajero es consciente de que una paella sabe mejor en un entorno agradable. Si hay un sitio cerca de la capital de Valencia que cumple con este requisito, ese es Port Saplaya, una pequeña zona residencial portuaria, donde los canales se funden con pintorescas casitas de colores, en un intento por imitar las calles de Venecia. Si buscas un rincón con encanto alejado del acelerado ritmo del día a día, ¡lo has encontrado!

Lo que nadie te cuenta: 3 planes con encanto en Valencia y alrededores

1. Almorzar en el Mercado Central.

Este mercado, situado en la Plaza Ciudad de Brujas y sostenido por innovadoras cúpulas de diversa inclinación, no solo es una auténtica joya arquitectónica del Modernismo, sino que; además, hace alusión al nombre de su ubicación, encantando con la intensidad de sus aromas y colores a todo aquel que por allí decide pasarse.

Galardonado como el mayor mercado de productos frescos de Europa y dueño de una extensa oferta gastronómica, es, sin duda, el lugar ideal para llevar el tradicional concepto de almuerzo valenciano a otro nivel, acompañando un bocadillo de jamón ibérico con un chupito de caralla.

2. Visitar el Museo Fallero.

Dicen de Valencia que es la ciudad de las flores y las fallas. Seas o no partidario de estas últimas, visitar el Museo Fallero es la mejor forma de introducirte en la cultura valenciana. Descubrirás el origen de la famosa noche de la Cremà, en la que la alegría renace de las cenizas, como si de un ave fénix emocional se tratase; podrás contemplar de cerca todos aquellos ninots que han burlado al fuego desde 1934 y quedarás asombrado ante el cuidado detalle de la vestimenta de las falleras.

 

3. Pasar el día en Alboraya.

Alboraya es, además de la cuna de la horchata, uno de los pueblos más bonitos que vas a encontrar en los alrededores de Valencia. Un día basta para conocer los edificios más llamativos del Casco Histórico, bañarse en la Patacona y viajar a épocas pasadas, a través de sus inmensos campos de chufa y hortalizas, enmarcados en un paisaje de contrastes en los que las ermitas retan en belleza a las tradicionales barracas valencianas

 

Valencia para cinéfilos: 3 paisajes de película

1. Las cuevas de Paterna.

Una parte importante del rodaje de la última película de Almodóvar, Dolor y Gloria, se sucede en el parque de las Coves de la Torre, en Paterna. En palabras del manchego, esta localización “es arte vivo que se puede ver en plena calle”. Dicho laberinto urbano destaca, además, por sus peculiares chimeneas que emergen del mismísimo suelo, decorando un paisaje que perfectamente podría pasar por extremeño o andaluz. ¡Un verdadero cinéfilo sería incapaz de dejar esta visita para más adelante!

 

2. Los 4 paisajes de la Albufera.

Más allá del cine, existe una pequeña pantalla de la que Valencia también se ha apoderado. La huerta de Sant Pau protagoniza, junto a la suave brisa del Saler, El Embarcadero: un apasionante thriller emocional en el que los tiempos del cultivo del arroz marcan las distintas fases del rodaje, conformando con su verdor estacional escenarios de ensueño ¡que crean en el espectador la necesidad de traspasar la pantalla!

 

3. El Palmar.

A orillas del Parque Natural de la Albufera, un diminuto pueblo pesquero, rodeado de huertas y acequias, se abre camino. La exitosa serie televisiva de Cañas y Barro, basada en la novela de Blasco Ibáñez y estrenada en la década de los 70, sigue siendo a día de hoy un motivo de peso para acercarse a contemplar edificios como la Comunidad de Pescadores o el Hogar del Pescador y apreciar de cerca la belleza austera de las barracas tradicionales que aún mantienen intacta su esencia inicial.