Los 10 mejores rincones de la Costa Blanca

Las Fuentes de Algar, uno de los mejores rincones de la Costa Blanca.

berta puertolas

4 Marzo 2025

Paisajes naturales, multitud de ofertas de ocio y el mejor clima que te puedas imaginar. Hoy, os traemos los 10 mejores rincones de la Costa Blanca.

Un destino ideal para todos

¡Se acerca el verano! Si tienes ganas de vacaciones en la playa, desconectar, evadirte de todo… Que sepas que en minube tenemos un plan que ofrecerte. En el momento perfecto para enseñarte qué no perderse en la Costa Blanca, un lugar ideal para pasar las vacaciones.

Si tu pregunta es: ¿Cuáles son las mejores playas de la Costa Blanca? Probablemente te recomendemos la de la Roda, Les Marines o, nuestra favorita, la Granadella. Sin embargo, la Costa Blanca es demasiado bonita como para reducirlo todo a sus playas.

A pesar de ser un destino turístico perfecto para muchos, la Costa Blanca tiene mucha historia. Denia es un claro ejemplo de ello. Es una ciudad en la que habitaron íberos, fenicios y griegos. En Jávea, por otro lado, se han encontrado restos arqueológicos que se remontan a la época del Paleolítico. ¿No es interesante?

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Publicado en Playa de la Roda

Estas preciosas fotos hablan por si mismas del estado de esta playita. Es la playa del pueblo de Altea, está simepre con este magnífico color de agua. Aunque las piedras de canto rodado y blancas que la llenan sea un impedimento para que los niños jueguen y corran de aquí para allá, lo cierto es que son sin duda el valor añadido para otras muchas ... ver más

"La primera vez que visité Altea quise quedarme ahí para siempre. Cuando la vi, me enamoré" Silvia del Moral

Uno de los mejores rincones de la Costa Blanca, atardecer en la Mata y Torrevieja.

MUÑEKOI

Isla de Benidorm, un lugar imprescindible de la Costa Blanca.

Raul Fernandez

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Publicado en Isla de Benidorm

Cerrando la bahía hay una isla triangular, llamada L'Illa y también Isla de los Periodistas, que actúa como reclamo para los visitantes cuya vista se encuentra diariamente con ella. Circulan historias mitológicas sobre su origen relacionadas con el gigante Roldán.

La leyenda se refiere a que Roldán se enamoró de una bella dama a ... ver más

nuria

Pedro JareñoSeguir

Publicado en Barco a la Isla de Tabarca

Desde el puerto de Santa Pola salen los ferrys que ofrecen una de las excursiones más interesantes que se pueden hacer en toda la Costa Blanca. Y no es de broma.

La isla de Tabarca es un sitio muy diferente. Es una isla pequeñísima pero habitada desde tiempos ancestrales. Durante muchos años fue una prisión para italianos, lo que ha hecho ... ver más

Davinia Saiz Ibarguen

costablanca

Pedro Jareño

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Publicado en Palmeral d´Elx

Definitivamente, tener una ruta para hacer a pie entre huertos con palmeras, rodeado de una flora, un tanto escasa, de estilo mediterráneo justo en el centro de tu ciudad es algo muy muy difícil de encontrar.

Bien, Elche la tiene, no está muy bien cuidada pero... está. Es relativamente pequeña, no se tarda más de 20 minutos en recorrerla ... ver más

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Publicado en Santuario de Santa María Magdalena

La joya de la corona de Novelda. Fue construido por D. José Sala Sala, vecino de Novelda y discípulo del gran Antonio Gaudí. La influencia del maestro es bien evidente en todos y cada uno de los rincones, detalles y motivos decorativos.

Es tal su categoría que está enclavado dentro de la ruta Modernista europea. Su forma y sobre todos sus ... ver más

Pedro Jareño

Pedro JareñoSeguir

Publicado en Parque Natural de Sierra Helada

A muy poquitos minutos caminando de la playa del Albir, en Alfaz del Pí, se encuentra la entrada a este Parque Natural que ofrece una de las excursiones más apasionantes que se pueden realizar por la Costa Blanca.

La idea es caminar y llegar hasta un faro que se encuentra aproximadamente a un poco más de una hora de distancia, a buen ... ver más

VDV

SerViajeraSeguir

Publicado en Altea

Altea es un sol que tiñe de blanco todas las cosas, una bahía cerrada en sus extremos por inmensos peñascos de pura roca, un perfecto mar azul, una playa que por conservar su canto rodado sugiere un aire agreste y natural, un largo y pintoresco paseo marítimo salpicado de restaurantes y bares, y su maravilloso pueblo viejo, el “Rabal de la Mar”, el que ha quedado oculto y apretado entre el caserío bajo que le fue creciendo alrededor a través de los años. Uno sabe que está allí porque desde lejos, altísimo, ya ha visto la cúpula azul y blanca de la iglesia de la Virgen del Consuelo, pero el resto parece no existir hasta que uno empieza a subir. Entonces aparecen casas inmaculadamente encaladas, paredones donde asoman buganvillas de un morado subido, jazmines florecidos de intenso perfume enredados en preciosas rejas, calles escalonadas, empedradas, empinadas. Desde una minúscula plaza se ven sólo techos envejecidos, al subir un poco más se llega a otra desde donde ya se ve el mar.

La placidez típica de los pequeños pueblos está instalada en la antigua villa marinera; aunque ya ha comenzado a oscurecer, todavía hay ropa tendida en la calle, bicicletas sin candado olvidadas contra una pared, vecinos de toda la vida que han sacado sillas a la puerta de sus casas para disfrutar del fresco que sube del mar. Este particular encanto se mezcla de manera muy pintoresca con el halo cultural y estético que impregna a la villa. Buscando refugio e inspiración, escritores, pintores, escultores y músicos de distintas partes del mundo se instalaron en Altea en los años sesenta y setenta, provocando la aparición de galerías de arte, talleres de pintura y tiendas de artesanías, además de cierta colorida bohemia que aún hoy ronda por sus calles.

Las mañanas en Altea son esplendorosas, y aunque uno no quiera, se meten por las hendijas de las persianas. Lo que veo desde mi balcón no tiene desperdicio: la noche ha lavado el mar, las sierras, el cielo y la playa y ahora parecen como recién inventados. Bajo al mar, me zambullo, nado paralelo a la costa. El agua está cálida, salada y transparente. Qué formidable sensación. Me seco al sol mirando la línea difusa del horizonte. Un velero navega con las velas henchidas, las gaviotas vuelan rasantes sobre la orilla buscando comida, la costa de grava reverbera blanca bajo el sol del mediodía. De pronto suenan campanas. Repican gastadas, medio desparejas, cansadas, como campanadas tocadas por un campanero que tiene ya ganas de siesta. ... ver más

Anaïs Ballanger

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