¿Cómo un hotel o destino puede usar tecnología de RV o RA para ayudar a sus viajeros a conocer los destinos?
Yo creo que lo fundamental es plantearnos que la tecnología puede convertirse es una forma de reducir la incertidumbre.
No creo que la experiencia del viaje se vaya a virtualizar, porque tiene inherente un disfrute que está vinculado a la parte física, al desplazamiento, a la experiencia real del viaje, pero la experiencia virtual puede servir para reducir la incertidumbre, por ejemplo, en el futuro un hotel te va a permitir ver la habitación en la que te vas a alojar a través de la realidad virtual, porque eso te va a ayudar a sentir que el viaje ha comenzado, escogiendo la habitación en la que vas a estar o viendo los restaurantes que puedes visitar, los monumentos que puedes conocer, eso lo puedes experimentar en realidad virtual, minimizando tu incertidumbre.
En el fondo, tener una experiencia de este tipo me aporta una experiencia de disfrute que hace que el viaje comience antes y los destinos que sean capaces de plantear esa versión aumentada, tendrán una ventaja sustancial.
¿Cómo se puede preparar el sector turístico para adoptar estas herramientas?
No creo que sea una cuestión de madurez, creo que, como siempre en el caso de la tecnología, se trata de encontrar la propuesta de valor.
Si la propuesta de valor es clara y ves como otros destinos están utilizando la Realidad Virtual o Aumentada como una manera de ganar popularidad, reservas y ponerse en el radar, lo vas a terminar haciendo sí o sí. La preparación que requiere no es excesiva. Si nos fijamos en lo que ha hecho la tecnología con el paso de los años siempre ha sido lo mismo, reducir barreras de entrada.
La tecnología ya no es eso complejo que hay que pagar carísimo, que hay que estudiar un montón o que hay que saber programar, ahora es una cosa cada vez más sencilla y hay que pensarlo de esa manera.
¿Qué crees que debería acompañar a la propuesta tecnológica?
Creo que hay valores que son fundamentales. La pandemia ha puesto de manifiesto que hay muchos temas que tenemos que desaprender, o sea, tenemos que desaprender cómo trabajábamos, claramente.
Volver a trabajar teniendo que pasar una hora en un atasco no tiene sentido. Tampoco lo tiene forzarte a vivir cerca de tu trabajo para evitar determinados contratiempos o incomodidades. ¿Eso qué quiere decir? Que probablemente viviremos donde nos dé la gana, dentro de un orden, considerando que trabajaremos con unas cuantas visitas a la oficina de vez en cuando y seguramente opcionales. De esa misma forma nos vamos a replantear cómo viajar, vamos a escoger destinos que me garanticen una serie de cosas, entre otras, por ejemplo, que esté colaborando con una serie de valores en los que creo.
La pandemia nos ha demostrado que una de las mayores preocupaciones que tenemos como civilización es la relación con los ecosistemas, la relación que tenemos con nuestro propio planeta, así que habrá que pensar o prepararnos para un modelo de turismo muchísimo más respetuoso, más “verde” en todos los sentidos, más sostenible; creo que eso es algo de lo que la pandemia nos ha hecho más conscientes y por tanto será algo que los destinos tendrán que poner en valor.

¿Qué iniciativas actuales o proyectos pioneros creen que están aplicando con éxito la tecnología de RA o la RV en el sector turístico?
En lo referente a RA sé de lugares que están implantando balizamiento de las ciudades de manera que puedas circular por ellas y ver a través de tu teléfono dónde estás, indicaciones, información de monumentos, rutas, etc…
Por ahora en un modelo como el de Niantic, a lo Pokemon Go, en el cual el teléfono es el medio a través del cual puedes verlo, pero en la práctica se está evolucionando a un modelo de futuro en el cual, por ejemplo, unas gafas razonablemente discretas te ayudan a visualizar la información en tu entorno, sin necesidad del móvil, con lo que puedes estar circulando por la ciudad, ver la ruta a seguir, ver el mapa o cuando llegas a un sitio concreto ver la información de referencia o incluso echar un vistazo a cómo era este sitio en la época histórica a la que hagan referencia.
Estar, por ejemplo, en el Coliseo de Roma y poder ver en 360º cómo era en la época del Imperio Romano. Estas cuestiones a lo que van en la práctica es a la reconstrucción de una experiencia turística mucho más completa.
¿Mencionarías algún otro elemento o herramienta que se pudiera destacar en el turismo?
Yo creo que hay muchos. Hay un montón de temas que debemos cuestionarnos con seriedad. Hay que replantear el modelo low cost, que está basado en una subvención prácticamente ilimitada de los combustibles fósiles para una serie de compañías, lo que es, en general, bastante insostenible. Eso no quiere decir que solo pueden viajar los ricos, sino que hay que plantearse cómo democratizar la actividad turística sin hacerla insostenible y agresiva.
Eso es cada vez más importante, pero no solo en el turismo sino en todas las industrias; la moda y el fast fashion se están poniendo en tela de juicio, Inditex, por ejemplo, empieza a pensar en cómo hacer que compremos menos ropa y nos dure más, cuando eso implica un replanteamiento total de su modelo y ya veremos cómo consigue sobreponerse a él. Pero eso lo vamos a ver en todo. En ese sentido creo que hay una tendencia al replanteamiento de la actividad en torno a una menor agresividad y una mayor sostenibilidad que vamos a ver en todos los ámbitos.
Pero en el sector turístico, ¿quién puede ser el agente clave para el cambio y cómo puede hacerlo?
El agente fundamental es el mercado. Si piensas en el mercado tal y como lo conocemos ahora, la gente no parece estar dispuesta a cambiar muchas cosas, lo que quiere es mantener su estilo de vida, y ni siquiera su estilo de vida actual, sino el de marzo de 2020 previo a la pandemia.
El tema es pensar en un mercado más protagonizado por la generación de “Greta”, una generación que sí esté dispuesta a renunciar a ciertas cosas, a replantearse las cosas, a castigar y penalizar empresas que no sigan determinados patrones.
También, por otro lado, están los propios reguladores, tenemos que ir a reguladores supranacionales si queremos empujar a grandes potencias internacionales como China a no contaminar más que el resto de los países juntos. Solo un regulador supranacional podría convencerla de tomar medidas, excluyéndola de la economía global si no lo hace, por ejemplo. Uniendo ambos factores, vía regulación y vía mercado, es la forma de hacerlo. No hay muchos más trucos en el sombrero.
Por último, tienes muy interiorizado la importancia de la sostenibilidad en el sector turístico.
Es que tú puedes llegar al punto de que un destino eduque a una persona, que eduque los hábitos de una persona en determinadas praxis gracias a que un destino le demuestra que es importante ponerlo en práctica de una manera regular y natural. No es el hecho de decirle al turista “te voy a educar” y ser paternalista, es llevarles a hacer las cosas de manera natural.
No tirarías un pañuelo de papel en un paisaje espectacular, ves que nadie lo hace y eso te lleva a sentirte incómodo si terminas haciéndolo allí o en tu propio país… Hay aprendizajes que entran de esa manera.

TravelVision
Visión
La tecnología reduce y elimina barreras de entrada. Su incorporación es cada vez más sencilla y barata, de modo que los destinos y empresas del sector deben plantearse cómo encajan esas nuevas tecnologías en su propuesta de valor.
Acción
La tecnología nos tiene que educar y convencer de la necesidad de hacer de la actividad turística algo más sostenible. En el caso de la realidad virtual, el mayor aporte que hace al sector es reducir la incertidumbre sobre el destino, teniendo una experiencia más inmersiva antes de llegar. Por su parte, la realidad aumentada ayudará a tener una visión más completa a través de la información y señalización in situ.
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