Son varios, enormes, bellos y...
Son varios, enormes, bellos y escenográficos. Los ‘pontes’ que atraviesan el Douro son parte del alma de la ciudad de Oporto. Hay dos ya desaparecidos a los que todavía -por haber sido tan emblemáticos- se hace referencia. El primero, el das Barcas, era llamado así porque estaba apoyado en veinte grandes balsas. El segundo, el Pênsil o Colgante, iba de una ribera a la otra milagrosamente suspendido sobre las aguas. Luego el mismísimo Eiffel construyó una obra de arte a la que llamaron Ponte María Pía. Ya no se usa, pero allí está, hermoso, cerca del moderno Ponte Sao Joao. Hay otros más: El de Arrábida está cerca del mar, y el Ponte do Infante es una espectacular obra que parece desembarcada del futuro.