Su nombre lo dice todo, excepto por Montija que parece que viene de lagartija. Esta a 10' en coche de Huelva, y es muy tranquilo. El hotel es una antigua hacienda recuperada con unos patios que quitan el hipo. La cama y habitación aceptables puesto que se trata de un entorno rural y no hay que ser muy pijo para estar a gustito. Atención amable sin pedantería. Tienen un modesto Spa cuyo gran valor son los ventanales que dan al campo, de autentico lujo con el solito onubense entrando. La música un poco alta pero debe ser que la chica era un poco sorda. En definitiva 100% recomendable puesto que su precio no era abusivo.