Casco antiguo de Avilés

Avilés, antigua villa marinera y campesina, creció gracias a la industria siderúrgico y al dinero de los indianos retornados, y es ahora una ciudad con espectaculares edificios históricos, a los que ahora se han sumado obras muy modernas, como el Centro Niemeyer.

Avilés es la tercera ciudad del Principado de Asturias, después de Oviedo y Gijón, y el casco antiguo es Conjunto Histórico-Artístico-Monumental, y destaca, la plaza de España con el Ayuntamiento y el palacio de Ferrera, hoy hotel de cinco estrellas, la iglesia de Sabugo del sx XIII, y las calles peatonales de Galiana y Rivero

Pasear por las calles del Avilés antiguo, a veces, puede ser toda una experiencia de regresión histórica; años e incluso siglos atrás en el tiempo. Parece que entrasemos en un túnel del tiempo que nos transporta a otas épocas y muy especialmente a la Edad Media. Hay que probarlo. Insisto que tiene algo de "túnel del tiempo" oculto en sus calles.

Además de la magia que te lleva por sus calles, y sus casas, es espectacular el ambiente, la algarabía de gentes que transitan a tu lado como si fueses uno mas , cordiales amables..... y las noches me recuerdan a las de Pontevedra, o San Sebastian,con ese calor que emana de sus gentes, pero bueno esa es otra historia

Avilés cuenta con unos de los centros históricos más bellos de Asturias, gracias a una extraordinaria mezcla de naturaleza, arquitectura tradicional y antigua y pequeños detalles muy bien cuidados.
Las calles más céntricas están cerradas al tráfico y es una auténtica maravilla poder caminar sin tener que estar escuchando en todo momento el ruido de los coches y sobre todo, sin tener que aguantar los humos y el ambiente cargado. En estas calles el principal centro de atención son las preciosas casas indianas que aparecen cuando menos te lo esperas y también la gran cantidad de arquitectura tradicional asturiana que hay, como por ejemplo, por pórticos de madera y sobre los que se sostienen casas humildes pero de una belleza impresionante.

Fue toda una sorpresa descubrir este fantástico casco histórico tan alejado de la imagen preconcebida que tenía de Avilés como ciudad industrial.

Calles empedradas cerradas al tráfico, flanqueadas por infinidad de soportales, iglesias y edificios históricos, muchos de ellos reconvertidos en restaurantes y zonas de tapeo, hacen de este paseo sin rumbo fijo, algo imprescindible para conocer la ciudad.

Avilés, solo es necesario, dedicarle un poco de tiempo. Para entender que realmente sus calles están llenas de vida. Y como el sol de media tarde dibuja en su casco antiguo entre luces y sombras, despertando una ciudad, que parece, pero no está dormida

Este casco contiene varias iglesias, capillas, calles con gran número de soportales, calles con pavimento de piedra y por supuesto alguna fuente.

Zona peatonal con un encanto peculiar y perfecto.

Está guapo, de piedra y una plaza enorme dónde tomar algo en terraza.