Hotel El Racó de Madremanya

El Racó de Madremanya es un lugar único. ¡Un hotel con encanto de verdad! Este hotel es especial por todo. Tiene una inmejorable ubicación en el mapa, próxima a todo (a las calas de la Costa Brava, de Girona ciudad, de preciosos pueblos medievales, de la ruta de Dalí, ...) y se encuentra en un precioso y tranquilo pueblo medieval rodeado de un increíble paisaje. Nosotros ya hemos estado en varias ocasiones y en distintas épocas del año y los paisajes de alrededor son preciosos en cualquier época de año. No nos cansamos de repetir ya que siempre nos parece mejor y nos sentimos más a gusto.
Mi pareja y yo somos grandes viajeros, nos encanta descubrir nuevos lugares y sólo en ocasiones quedamos sorprendidos. El Racó de Madremanya nos tocó el corazón, principalmente por la bonita decoración (cuidada hasta el mínimo detalle) y la atención y el cariño que todo el equipo del hotel ofrece y que realmente te hacen sentir especial y como en casa, o mejor ...

Hotel ideal si lo que buscas es tranquilidad. El silencio es absoluto. Josep, Iván y todo el servicio muy educados y atentos. La comida correcta. No dejéis de probar las mermeladas caseras (son un pecado). La habitación donde hemos estado (la marrón) muy oscura y con un lavabo incómodo. Cada habitación es diferente. Dos piscinas de tamaño adecuado. Jardín amplio y muy bien cuidado. A destacar una maravillosa hamaca bajo una Higuera (deliciosas siestas). Muy bien ubicado para hacer excursiones. Parajes espectaculares.