Jorge Luis Lorenzo Tato
Villa del Campo, la puerta de Sierra de Gata
La suerte quiso que mi media naranja, fuera a encontrarla en este rincon tan desconocido de Extremadura. Cada vez que podemos hacemos una escapada y recargamos las pilas con sus paisajes y atardeceres, donde la vida aun corre tranquila y la naturaleza permanece casi inalterable casi fundida con el mismo pueblo. Una vida tranquila, para disfrutar de los paseos por la dehesa, rutas en bicicletas por los antiguos caminos que unían los pueblos o disfrutar de sus vinos de pitarra, quesos de cabra o la caldereta de cordero. A un tiro de piedra de Plasencia, Coria, Las Hurdes y pueblos menos conocidos pero con un monton de encanto como Trevejo, Villamiel, Robledillo de Gata, etc etc.
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