Agulo

Seguimos por la misma carretera, que después de subir el acantilado y bordear la montaña,cruzando un pequeño puente, nos sitúa al borde del pintoresco
casco de Agulo, con sus tres núcleos diferenciados de La Montañeta, Las Casas y El Charco.
Pueblo de gran atractivo por su cuidado aspecto, la salvaguarda de su identidad, sus calles estrechas y empedradasy su casas de teja agrupadas con los huertos y cultivos alrededor.
Agulo fue fundada por una veintena de colonos en 1607 y su poblamiento se inició poco después, a partir de 1620. En 1680 tenía configurados sus tres barrios, La Montañeta, El Charco y, algo más apartado, Lepe. La ruina se abatió sobre este pueblo en 1770, cuando unas lluvias torrenciales se llevaron por delante el primitivo núcleo de El Charco.

Cuando paseo por un lugar lo hago para relajarme, para perderme en su tranquilidad y su ambiente, y en Agulo encontré un lugar perfecto para ello.

Un pueblo pequeñito, típico y con encanto en el que el paseo fue un rato perfecto para charlar, reír, y hacer unas cuantas fotos de sus pequeños tesoros, los detalles que lo hacen diferente y encantador y por los que vale la pena verlo.

No es sólo una cosa, es su conjunto lo que lo hace tan auténtico y tan digno de ser visto, una parada perfecta para conectar con los tuyos.

Agulo es un pueblo tranquilo de la costa norte de la Gomera. Sus calles estrechas, con casas bajas blancas son preciosas. Hay varios barrios, construidos sobre dos colinas. Todo se recorre a pie, a veces pasa algún vehículo pero está fuera de la carretera principal que da la vuelta a la isla. Desde Agulo salen varios senderos si te gusta caminar, la Gomera es el lugar perfecto.
Muchas casas del pueblo fueron restauradas, pintadas como hace un siglo, los balcones de madera barnizados y los techos compuestos, le da mucha harmonía al pueblo. Hay un par de casas rurales si te quieres quedar más de un día. El pueblo está cerca de la costa, pero un poco en altura, dominando el mar.

Agulo es el municipio más pequeño de La Isla de La Gomera. Fue fundado en los años 20 del siglo XVII por Juan Hurtado de Mendoza y por labradores procedentes de la comarca de Daute, en Tenerife. En este pintoresco pueblo, anclado en un anfiteatro rocoso y continuamente mirando al mar, se pueden distinguir claramente dos sectores diferenciados:

- la zona baja, formada por Agulo Casco y Lepe,

- la zona alta, integrada por los barrios de Las Rosas y La Palmita.

Mejor pueblo de la isla, con un casco muy cuidado y algo que me llamo la atención es que tienen unos carteles que hace de guía interna en el pueblo. Muy recomendable hacer una parada y visitarlo